LA CASA DE HADES
(Español)
Capítulo 7
Parte 1
"Bajando hasta el río de fuego"
Cuando llegaron a la cornisa, Annabeth estaba segura de que
había firmado su sentencia de muerte.
El acantilado caía más de veinticinco metros. En la parte
inferior se extendía una versión de pesadilla del Gran Cañón: un río de fuego
que cortaba un camino a través de una grieta de obsidiana dentada, los
brillantes destellos rojos proyectaban sombras horribles en forma de cruz sobre
los acantilados.
Incluso desde la parte superior del cañón, el calor era
intenso. El frío del río Cocito no había salido de los huesos de Annabeth, pero
ahora su rostro se sentía crudo y quemado por el calor. Cada respiración le
tomaba más esfuerzo, como si su pecho se llenase de espuma de poliestireno. Los
cortes en sus manos sangraban más en vez de disminuir. El pie de Annabeth, que
había estado casi curado, parecía estar re-hiriéndose a si mismo. Se había
quitado la escayola improvisada, pero ahora se arrepentía de su desición. Cada
paso le costaba una mueca de dolor.
Suponiendo que podían llegar hasta el río de fuego, lo cual
dudaba, su plan parecía certificablemente insano.
"Uh..." Percy examinó el acantilado. Señaló una
pequeña fisura en diagonal desde el borde hasta el fondo. "Podemos probar
llegar hasta allí. Podríamos bajar".
Él no dijo que había que estar loco para intentarlo. Se las
arregló para sonar optimista. Annabeth estaba agradecida por ello, pero también
preocupada de que ella lo estaba llevando a su perdición.
Por supuesto, si se quedaban aquí, morirían de todas
maneras. Las ampollas se habían comenzado a formar en los brazos por la
exposición al aire Tártaro. Todo el ambiente era tan saludable como una zona de
la explosión nuclear.
Percy fue primero. La cornisa era apenas lo suficientemente
amplia como para el asentamiento de un pie. Sus manos se agarraban por
cualquier grieta en la roca vidriosa. Cada vez que Annabeth ponía presión sobre
su pie malo quería gritar.
Había arrancado las mangas de su camiseta y utilizado la
tela para envolver sus manos ensangrentadas, pero sus dedos seguían resbaladizos
y débiles.
Para leer la parte anterior de Para continuar leyendo
La casa de Hades click aquí La casa de Hades click aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todo comentario que contenga información o cualquier cosa que sea contraproducente para el Blog será eliminado. Cuando comentes, tenelo en cuenta.